Con el cada vez mayor desarrollo de la tecnología y las transformaciones que se han ido dando en lo que respecta a los nuevos conocimientos, ha surgido un nuevo término "sobrecarga informativa".
En el transcurrir de los años se ha ido transformando el cómo y quién aportaba los nuevos conocimientos. Siempre fue muy valorado los nuevos conocimientos que sólo nos los daban los de la comunidad científica. Ellos tenían la potestad de decir qué se daba a conocer y qué no hacia la sociedad.
Con respecto a esto se ido democratizando ya no sólo son los de la comunidad científica los que nos pueden aportar conocimientos valederos sino que cualquier ciudadano puede construir y publicar nuevos aportes de conocimientos a diferentes áreas del conocimiento.
Pero ahí es donde comienza un trabajo muy arduo para que el busca información que es: ¿Cuál de toda la información que se encuentra en la red es válida, de buena fuente, de la experiencia del que la publica, etc?
El exceso de información es un verdadero problema. La información pierde cualidades, no puede cumplir sus objetivos, se vuelve más nociva que provechosa. Genera angustia porque hay tanta información que ya no se la puede asimilar (¡quién no se identifica con esta idea en el transcurrir del curso hasta el momento! Delen confiesen),
de esta manera el exceso de información incapacita para tomar decisiones certeras, y entonces empieza a modificar el funcionamiento del organismo a nivel fisiológico generando stress. Este puede generar diferentes acciones según las personalidades de cada persona: puede paralizarnos, deprimirnos o entrar en pánico.
Esta situación que resulta de contar con demasiada información para tomar la decisión correcta, o para estar bien informados sobre un tema, es lo que se denomina como "sobrecarga informativa". El concepto fue acuñado por Alvin Toffler en 1970, pero la sociedad se enfrenta con este fenómeno desde mucho antes.
Ya en 1550, el teólogo Juan Calvino se quejaba de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempo de leer los títulos. Como se dijese al principio de esta nota, el progreso tecnológico ha hecho que se tan fácil el producir, distribuir y obtener información que ha eliminado filtros, y ha reducido la "selección natural" que tiempo atrás rechazaba publicar lo que no fuera lo bastante significativo.
Como resultado, hoy abundan muchos contenidos de dudosa procedencia, irrelevantes, confusos e imprecisos generandose por encima nuestros una niebla tóxica que nos contamina que en ella estamos inmersos y no nos deja distinguir entre información valiosa y ruido informativo.
Es la llamada "infoxicación", que nos hace víctimas del síndrome que el psicólogo David Lewis denominó fatiga informativa: la exposición a un exceso de información disminuye la capacidad para resolver problemas y causa síntomas cómo pérdida de atención y memoria, y estados de ansiedad.
Si todo lo enunciado lo pasamos al contexto de la escuela, nuestros alumnos vienen intoxicados de muchísima información desconociendo muchas veces su fuente primaria si es válida o no. Avalo la idea que plantea Daniel Cassany (filósofo catalán) en donde rechaza el concepto de que los actuales chicos son, como los clasificó Marc Prensky, nativos digitales sino que son nativos rutinarios.
Sólo conocen y dominan lo que usan todo el tiempo: el whatsapp, skype, etc pero no saben discernir en cuanto a conceptos (así lo plantea Cassany) y es ahí donde debe aparecer el adulto que le guíe a discernir que es tal concepto y tal otro.
Escuela.
Por eso en la escuela no hay que desperdiciar los conocimientos que traen los alumnos y a eso sumarle la guía del docente para que puedan transmitirles a discernir qué concepto extraído de tal lugar son de buena fuente es decir que son de una fuente primaria reconocida en el área del conocimiento que se esté estudiando.
Entonces para que el docente pueda cumplir con esa idea de guía, facilitador debe saber el mismo el poder distinguir los autores referentes del área, ser un investigador de su propia área de conocimiento. Ya que no se puede transmitir lo que no se posee.
Trabajo con alumnos de 15-16 años.
La idea es poder empezar una tarea junto a los alumnos saliendo desde la base de su propios conocimientos. Qué es lo que conocen, qué vieron y/o usaron, es decir hacer una verdadera recopilación de todos sus saberes y juntarlos con los del docente.
A partir de ahí, sin direccionarlos hacia lo que solo conocemos nosotros por ejemplo: no decirles "busquen en google académico" sino decirles "busquen en algún buscador tal cosa". De esta forma uno se puede sorprender la gran variedad de usos que tienen los alumnos.
A medida que van investigando podemos ir ingresando diferentes herramientas que le sirvan para gestionar esa gran cantidad de material como por ejemplo: Diigo; scoop.it y que luego puedan usar para armar su portafolio digital wikispaces y/o pbworks.com que tienen muchas posibilidades.
De esta forma se busca que vayan construyendo su nuevo conocimento entre todos: alumnos y docentes. Siendo el docente el guía de esta construcción.
Por eso nos puede pasar esto (alumnos y docentes) pero no hay que bajar los brazos. "Perseveras y triunfarás" dice un dicho muy conocido. Pues bien manos a la obra.
Bibliografía para consultar:
-¿Cómo sobrevivir a la infoxicación? de Alfons Cornella.